1. Crea una rutina mañanera
Olvídate de presionar el botón de snooze y levántate a una hora designada para cumplir con la rutina.
que mejor empiece tu día: ejercicio, un buen desayuno, ducha y tu aseo personal.
Asegúrate de que esta rutina no consuma más de una hora y se adapte al tiempo que necesitas para llegar a la oficina, si es ese el caso.
Verás cómo tu mente se acostumbra a un ritmo, y se mantendrá activa y eficaz desde temprano.
Pronto se te olvidará que existe la pereza, y verás que también puede cambiar tu actitud negativa en torno a las mañanas.
2. Corta las distracciones
Ahora tenemos más tentaciones con las redes sociales, en donde las conversaciones nunca terminan (especialmente en los grupos).
Para trabajar, desactiva los datos o notificaciones sociales de tu teléfono. Es muy difícil concentrarte cuando tu teléfono está vibrando y notificando de un nuevo mensaje cada 5 minutos.
Tendrás tiempo de revisarlos más tarde, y podrás concentrarte sin cada aviso recurrente.
En tu computadora de oficina, evita introducir juegos, videos, fotos o cualquier otro recurso para entretenerte.
No registres tus cuentas de redes sociales en el buscador, o bien, instala un bloqueador temporal para estos sitios mientras estás en la oficina.
3. Crea listas
Lo peor que puede pasarte es olvidar una tarea que ni siquiera empezaste.
Al inicio de cada proyecto, o incluso de cada día de trabajo, anota una lista de las tareas pendientes, tanto profesionales como personales.
Ordénalas según su tiempo y prioridad y asegúrate de tachar cada una que cumplas para avanzar a la siguiente.
Sentirás una enorme satisfacción al ver una lista cumplida, y verás que nada se te escapa de la memoria.
Perderás el estrés y ganarás más tiempo para convivir.
4. Fija un tiempo para todo
Haz un horario personal para las tareas cotidianas, tanto las relacionadas con el trabajo como las personales.
Esto te ayudará a organizarte y a visualizar en qué actividades consumes más tiempo.
Asegúrate de que tengas un descanso de cinco o diez minutos cada dos horas para despejar tu mente.
Puedes programar estos tiempos en pequeñas notificaciones de tu aplicación de agenda.
5. Cuidado con tu correo
La herramienta que más destruye tu productividad es tu correo, porque siempre que te entra un mensaje nuevo tu agenda cambia.
Si empiezas el día abriendo tu correo, tendrás muchas actividades nuevas que vas a querer agregar a tu día.
Esto modificará toda tu planificación del día, atrasando así tus tareas.
Acostúmbrate a revisar tus correos electrónicos solamente una vez cada hora, y evita dar respuestas inmediatas al menos que sean temas urgentes.
De lo contrario, asigna una hora específica en tu horario para responderlos.
6. Evalúate
Todos los días, observa cuánto lograste cumplir de tu trabajo y pregúntate si fuiste efectivo con tu tiempo.
Puedes mejorar sabiendo en qué tareas estás perdiendo mucho tiempo.
La clave del éxito está también en la persecución de metas.
No tengas miedo de retarte y coloca una fecha límite y un estándar de calidad para todo lo que entregas. Tu única y mejor competencia eres tú mismo.
Haz ese compromiso para que tu propio trabajo tenga progreso constante y verificable, y verás cómo crece tu productividad.
7. Prémiate
Sí, tienes que retarte y exigirte, pero lograr lo que te propones merece ser celebrado.
Sé sincero y celebra únicamente si cumpliste con todas tus expectativas.
Sal a consentirte con algo que te agrade, material o inmaterial: tu plato favorito, unas horas de spa, un nuevo libro, una reunión con tus amigos, etc.
Toma ese tiempo o dinero para ti mismo, e inviértelo sin preocuparte por el siguiente paso.
Ya llegará el momento para avanzar en el trabajo.
8. Adelántate
Si cumpliste con todas tus tareas antes del tiempo designado, y aún no llega el momento para salir, empieza a pensar en tu siguiente paso.
Comienza las tareas que puedas anticipar para el día después, o apoya a un compañero que aún no haya conseguido avanzar.
Esta es una buena rutina para llevar también a tu vida cotidiana.
Prepara tu ropa para la oficina la noche antes, cocina tu almuerzo de mañana antes de irte a dormir, y deja programada tu cafetera antes de apagar la luz.
Verás cómo se reduce tu estrés y sentirás la satisfacción de una vida activa.
Estos simples consejos pueden ayudarte a conseguir grandes resultados en tu vida personal y tu negocio.
Recuerda que la disciplina se crea con hábitos, así que empieza con lo pequeño y poco a poco irás notando la diferencia.
De esta forma, ese proyecto que tienes en mente podrá ser una realidad y dejará de ser sólo un sueño…
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